Muchos de los primeros cronistas de Chile relataron la existencia de objetos de cobre, oro y plata entre los mapuches. Según estos testigos - y con la confirmación de los hallazgos arqueológicos - , los mapuches prehispánicos ya fabricaban lanzas con puntas de cobre, así como adornos de este metal, y probablemente también de oro y plata.
Luego de la llegada de los españoles, comenzaron a utilizar con mayor asiduidad la plata para crear sobre todo prendedores y aros.
A principios de 1700 los conquistadores introdujeron la moneda en el intercambio mercantil. Desde entonces, a cambio de la manufactura y del ganado, los mapuches recibían monedas de plata que utilizaban como material prima en la orfebrería.
Las Lágrimas de la Luna
La tradición oral mapuche cuenta como fue creada la plata, según relata Bertha Koesslr en Tradiciones Araucanas:”Cuando una vez el padre Sol pegó a su domo, la madre Luna, y la hizo caer, ella lloró lágrimas tan ardientes que se convirtieron en plata. Después se fue y dejo solo a su marido. Cuando el se quedo solo y comprendió su maldad, lloró también lágrimas calientes que se convirtieron en oro. Así es que la plata es más antigua”.
De este modo, la plata tiene un origen sagrado, proviene de la Luna. Según los mapuches, puede proteger del mal a las mujeres que la usan y traer suerte. Tener Peumas (sueños) con joyas de plata es signo de buena fortuna, de fertilidad y restauración de la salud. También el uso de adornos de plata, y el sonido que producen cuando la mujer camina, puede ahuyentar los malos espíritus.
La Diosa Machi
De acuerdo con el relato tradicional “La Diosa Machi”, las cruces que cuelgan de algunas joyas femeninas tendrían poderes mágicos. Cuentan que unos Huincas habían insultado una Machi y esta les echó unas maldiciones. Los hombres blancos se vengaron cortándole los brazos. Pero la Machi curó sus muñones con hiervas y, al poco tiempo, ya estaba ejerciendo su oficio otra vez, preparando sus medicinas y realizando los ritos con ayuda de sus pies. Y con sus conjuros hacía verdaderos milagros. En su comunidad vivía un platero que creó una figura de mujer con los brazos cortados para recordarla. La joya gustó tanto, que mucha gente mandó a hacerla y la llevó como amuleto de la suerte.
